Estamos asistiendo al intento de sacar adelante también en España una ley que penalice la piratería en Internet, cuando precisamente España se encuentra en el actual grado de desarrollo tecnológico gracias a la piratería.

Independientemente de los alarmantes datos económicos que hoy tenemos del país, debemos reconocer que informáticamente hablando, nos encontramos a años luz de cómo se encontraba España hace 20 años por ejemplo, y ello se ha conseguido, insisto, gracias a la piratería.

En la actualidad, gracias a los ipad, Android, Ubuntu y los sistemas preinstalados de fábrica, la cosa es diferente, pero si nos remontamos ligeramente en el tiempo, ¿quién en este país, no ha tenido en su ordenador instalada una copia pirata de Windows 98?
Me atrevería a decir, (sin datos, pero con riesgo a equivocarme poco), que incluso en algún pc de la familia real también haya habido alguna copia ilegal del conocido sistema de ventanas, porque exceptuando a algún pirado que se pasó a programar en Linux  ante la casi imposibilidad de que los dos sistemas operativos conviviesen de manera elegante en el  mismo equipo, y los fieles de Macintosh, que otra cosa no sabrían, pero revolucionaron el diseño gráfico y el audio digital, exceptuándolos a ellos, todos los demás hemos aprendido a usar los ordenadores gracias al software pirata. De hecho era mejor, porque te hacías con una versión de la segunda edición que funcionase bien y listo.

Uso como ejemplo este programa por ser uno de los más conocidos, usados y pirateados, pero la lista de software pirata que nos ha ayudado a aprender informática y a que España haya sido un país más avanzado y competente, es larguísima.

¿Que de dónde lo conseguíamos? Desde luego de Internet no, porque no había, pero nos lo pasaba un primo, un amigo o el técnico de la misma tienda donde comprábamos el equipo. Hoy día también, pero desde Internet es más fácil, no hace falta realizar tantas copias y podemos elegir el software que sea más adecuado a nuestros requerimientos.

Los chavales aprendimos en casa. A los funcionarios les daban un curso son soft legal y luego practicaban con el office pirateado al llegar del trabajo. Igual pasaba en los cursos de actualización de empresa. Además de aprender con ellas, las copias ilegales del excell han llevado gran parte de las cuentas de este país, sobretodo en pequeñas y medianas empresas.

Incluso los que de forma hipócrita, o interesada, defienden la ley SOPA, aprendieron informática gracias al software pirata.

Entonces, si la piratería ha sido muy positiva para el desarrollo de este país, (y del de muchos otros) ¿por qué prohibirla si todos ganamos con ella?

Si lo que se pretende proteger con la ley son los derechos de autor, existen desde hace tiempo herramientas legales que protegen tanto los derechos de autor como los del usuario, como por ejemplo el copyleft o el creative commons. ¿Se pretende entonces proteger los derechos de las grandes compañías y distribuidoras? Seguramente sí, pero entonces, con la ley van a salir ganando (mucho, mucho dinero eso sí) sólo unos pocos. Si en vez de prohibir, regularizamos su uso, podríamos salir ganando una vez más todos.

Ya que todos lo hacemos y todos nos beneficiamos de la piratería, dejemos de ser hipócritas, reconozcámoslo, seamos responsables y hagamos las cosas de tal manera que ganemos todos, no sólo unos pocos.

Podríamos diseñar un sistema de impuestos dinámico incluido en la factura, (impuesto del uso del ciberespacio por ejemplo) sumado al IVA o sustituyéndolo, (eso habría que llegar a acordarlo), de tal manera que cuanto más se descargue de Internet, mayor sea el pago del impuesto y cuanto mayor sea la subida a Internet mayor sea el descuento del impuesto. De forma que quien más descargue, es decir, quien más se beneficie de lo que crean los demás, más aporte económicamente hablando, y quien más suba a Internet, es decir quien más cree para que los demás se beneficien, (entendemos crear desde subir un post, un archivo, un programa, hasta un largometraje, etc.) menos aporte económicamente hablando.

Podríamos incluso definir y acordar a qué o a quienes va a beneficiar ese impuesto, al igual que se define el porcentaje del impuesto de la renta que se destina a la Iglesia o a ONG. Si va a ser íntegro para el Estado, o por el contrario, parte se va a destinar al apoyo de nuevas creaciones, financiando proyectos, haciendo concursos, apoyando iniciativas y entidades, etc, de forma que las personas creativas obtengan un beneficio más por el interés que ha despertado su trabajo en los demás, y se invierta en que sigan trabajando en sus creaciones.
Puede este impuesto incluso servir para que cobren los propios autores, (no esas cantidades multimillonarias que ingresasn algunas editoriales, pero ya sabemos que en tiempos de crisis... hay recortes para todos). No sería difícil medir el número de descargar realizadas por distintas direcciones IP de los contenidos protegidos por derechos de autor, de forma que parte de impuesto se reparta equitativamente en función de ese número de descargas. De esta forma, por un lado el Estado se asegura que se protegen los derechos de autor, por otro lado se generan puestos de trabajo de analistas de la red y por otro lado se incentiva la creatividad, de forma que puede suponer una mejora y un desarrollo de la propia web que va a estar más cargada de contenidos y además, muy plurales.

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